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Llamados a servir


“Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Marcos 8.34-37

En nuestra sociedad las empresas, instituciones, organizaciones… ascienden a sus empleados o miembros según sus logros personales. Sin embargo la manera de avanzar en el reino de Cristo es sirviendo. Aunque no queramos, hoy valemos más por lo que tenemos que por lo que somos y, aunque está bien visto ser una excelente persona, en realidad aspiramos a ser excelentes personas subidos a un Ferrari, con la cuenta llena, la nevera llena, el armario lleno… pero al final las vidas están vacías. Pasamos demasiado tiempo buscando como satisfacer nuestros propios deseos y si soy buena persona y no le hago mal a nadie… ¿Qué hay de malo en querer conseguir lo que quiero? Pero… ¿Te has parado a pensar alguna vez si las cosas que “quieres” son realmente las que quieres?

¿Te has parado alguna vez a pensar porque una APP del móvil necesita que le demos permiso para tener acceso a nuestras fotos, contactos, micrófono…? ¿Te has parado a leer la política de “privacidad” de whatssapp? Nada de lo que mandas es realmente privado,recibimos cadenas de mensajes con títulos llamativos e inofensivos “Salva a un niño de Valencia que necesita transfusión de sangre” “Firma esta petición para que no salga una película contra los valores cristianos” “Firma esta otra para defender los derechos de la familia”… Y como corderitos reenviamos a todos nuestros contactos y les facilitamos nuestros nombre y DNI, no sabemos de dónde viene ni a dónde va pero, de nuevo, volvemos a darles información. Juegos de Facebook que parecen inofensivos y te dicen a qué actor te pareces, cuál fue tu profesión pasada, tus mejores amigos… y para poder jugar les damos acceso a todos nuestros contactos, comentarios, “me gustas”… Lo mismo pasa con Google, de repente se te rompe el reloj, buscas información de la relojería más cercana y te tiras meses recibiendo publicidad en tu correo o en cada búsqueda que hagas en Google sobre relojerías. Más información para que nos conozcan mejor, datos de lo qué nos gusta, lo qué nos conmueve, lo que necesitamos, lo que nos divierte… ¡Tienen una ficha completa de nuestra personalidad!

Os sorprendería saber las herramientas que se utilizan para saber nuestros gustos y en base a la información que consiguen nos bombardean con productos, actividades, estilos de vida… que ni siquiera conocíamos pero que no sabemos cómo hemos podido sobrevivir sin ellos. Creemos que estamos ejerciendo nuestra libertad cuando decidimos “mimarnos” y pensar más en nosotros que en los demás, porque ser egoístas de vez en cuando no está mal, porque la gente es una desagradecida y no valora nuestro esfuerzo, porque necesitamos todo lo que queremos, porque tengo derecho a coger lo que la vida me robó, porque yo lo valgo, porque todos tenemos derecho a ser felices… Frases de película que no sabemos de dónde han salido pero están ahí, en nuestra cabeza. ¿Quién nos ha enseñado todo eso? ¿Realmente lo creemos? ¿Realmente lo queremos? ¿Realmente somos libres?

Las enseñanzas que podemos encontrar en el evangelio de Marcos pueden resultar chocantes en la sociedad en la que vivimos, pero la verdadera vida está en servir a Dios. Si en esta vida logramos conseguir todo lo que queremos (material y socialmente) no lo podremos entregar a cambio del destino de nuestra alma, y son cosas sin un valor real, huecas, vacías y temporales. Seguir a Jesús acabará con las frustraciones de lo que “todos tienen y nosotros no” porque en Él está la vita eterna y en abundancia.

Ceder el control no es fácil pero Jesús nos enseña que, a pesar de que nuestra vida tiene mucho valor, no hay nada tan valioso que se pueda comparar a lo que ganamos siguiéndolo a Él en vez de al pecado, tiene sentido porque como nuestro Creador, sabe mucho mejor en qué consiste vivir eternamente. No dejes que esta sociedad te diga quién eres y dónde encajas, porque no todos los sitios en los que encajas es donde perteneces. Pasa menos tiempo “facilitando” información y sumérgete en la Palabra de Dios, Él te ha creado para algo mejor de lo que este mundo te pueda ofrecer, que no te engañen, la verdadera vida está en Cristo.

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